Notas a propósito de la vanguardia
literaria.
I
II
La vanguardia es un rostro multiforme
que se refleja en el espejo de la modernidad, la vanguardia es la cara visible
de una estética moderna que permanece oculta y que tan sólo los teóricos sacan
a la luz.[2]
III
Para algunos escritores
latinoamericanos, renuentes a los cambios vanguardistas la estética artística
se convirtió en estática artrítica.
IV
El Modernismo es el romanticismo
hispanoamericano, no es una reescritura, ni una imitación tardía, es una
reinvención verbal, una reacción enérgica contra el decadentismo colonial que
pretendía volver a instaurarse bajo las riendas del Positivismo. La vanguardia,
es de igual manera una reacción contra la dominación neocolonial que ha
pretendido instaurarse bajo las riendas del capitalismo.
V
VI
El vanguardismo es la oveja negra de la
modernidad, mientras el modernista innova por brillo y exotismo; el
vanguardista lo hace por abyección y cotidianidad pura.[4]
VII
La poesía vanguardista es la esencia
imaginativa de la modernidad, esencia del cambio que se traduce en caldo
primitivo que todo lo revuelve, ácido que disuelve a toda las fuentes que lo
habían precedido[5].
VIII
La modernidad es la gran casa de la
vanguardia, su refugio o guarida, de sus entrañas salen todas las
transformaciones estéticas.[6]
IX
La vanguardia literaria reúne a todas
las expresiones de avanzada del arte, conjugándolas como respaldo de una
expresión que fortalece el signo gráfico, lo potencia con lo visual, le imprime
dinamismo con lo cromático y con los volúmenes de sus parientes cercanos: la
pintura y la escultura.
X
La
poesía es la reina-madre del vanguardismo, lo instantáneo y lo cotidiano son
sus templos y su dios omnipotente es el espíritu moderno. La poesía inunda
todos los géneros, los disuelve y los dota de un sentido polivalente
extraordinario.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Burgos, Fernando. (1992) Vertientes de la modernidad
hispanoamericana. Caracas:
Monte Avila.
Calinescu, Matei (1991) Cinco caras de la modernidad
(Modernismo, Vanguardia,
Decadencia, Kitsch, Postmodernismo. Madrid: editorial Tecnos.
Varios. (1988) Modernidad y postmodernidad. Madrid: Alianza.
Verani, Hugo. (1990) Las vanguardias literarias en
Hispanoamérica (manifiestos, proclamas y otros escritos). México: Fondo de
Cultura Económico
[1]Fernando Burgos (1992) sostiene en: Vertientes de la modernidad
hispanoamericana que: “Cuando se
estudian los elementos de modificación y cambio operados en el desarrollo de la
vanguardia hispanoamericana, su dinamismo vertiginoso de radicalización de
ciertas transformaciones que ya se habían insinuado en la fase anterior
modernista, es cuando más nítidamente se puede observar el proceso entero con
el que la modernidad proyectara el surgimiento de una escritura nueva en
nuestra literatura. La vanguardia es el centro de la modernidad, equidista de
su origen modernista y se extiende hacia la realización de lo contemporáneo.”
[2]Tanto la vanguardia como el modernismo
podrían entenderse como expresiones artísticas representativas de la
modernidad.
[3]Más que un movimiento el Romanticismo
responde a toda una manera de concebir el cosmos. Un modo distinto de
manifestarse que se caracteriza por el predominio de la sensibilidad sobre la
razón, un modo de escuchar al mundo en toda su multiplicidad de tonos, de recrear a los sonidos de la naturaleza con
el verbo, el verbo que interpreta, que no busca la mimesis, sino la
transfiguración.
[4]Andreas Huyssen sostiene, citando a
Calinescu que: “la vanguardia, a pesar de
sus propuestas diversas y a menudo contradictorias, tiende a ser considerada
como la forma más extrema de negativismo artístico, siendo el arte la primera víctima... conlleva un sentido de
negación universal e histérica, característico del vanguardismo” En tal
sentido, quien desee profundizar al respecto puede leer: Modernidad y postmodernidad. (1988) el capítulo titulado En busca de la tradición: vanguardia y
postmodernismo en los años 70.
[5]Hugo Verani (1990) en Las vanguardias literarias en
hispanoamérica. Publicado por el Fondo de Cultura Económico, expresa: “La lírica de vanguardia renueva el lenguaje
y los fines de la poesía tradicional —el culto a la belleza y las
exigencias de armonía estética— la nueva
poesía desecha el uso racional del lenguaje, las sintaxis lógica, la forma
declamatoria y el legado musical (rima, métrica, moldes estróficos), dando
primacía al ejercicio continuado de la imaginación, a las imágenes insólitas y
visionarias, al asintactismo, a la nueva disposición tipográfica, a efectos
visuales y a una forma discontinua y fragmentada que hace de la simultaneidad
el principio constructivo esencial.
[6]Matei Calinescu (1991) en Cinco caras de la modernidad
(Modernismo, vanguardia, decadencia, Kitsch, Postmodernismo) dice al respecto;
“probablemente no haya ni un sólo rasgo
de las vanguardías en sus múltiples metamorfosis históricas que no esté
implicado o haya incluso sido prefigurado por el ámbito más amplio de la
modernidad”.
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