POESÍA Y REBELIÓN
El
chino Valera Mora
ESCISIONES
· Primera disidencia.
La cosmovisión del hombre del siglo veinte tiene dos
momentos: antes y después de 1945. De modo dramático el mundo entero se
fracciona en antes y después de Hiroshima. En segundos, millones de seres
humanos desaparecen por la torpeza del ser humano. La ciencia estuvo, en ese
momento de oscuridad, al servicio de la maldad. Nunca antes el hombre estuvo
tan desnudo, tan desamparado ante la tecnología como en ese momento. La
agresión entre las partes cesó de modo abrupto y radical, pero dejó sus
secuelas: un mundo dividido entre dos poderes: Occidente para el Capitalismo
estadounidense y europeo; Oriente para la hoy extinta Unión Soviética, o lo que es lo mismo, a los pies del
comunismo.
En esa encrucijada, en Venezuela, también se quiebra un
proceso: la transición paulatina y pacifica del país[1].
Representada por una junta cívico-militar conformada por políticos de la
generación del 28 y por jóvenes oficiales descontentos, ambos ambiciosos y ávidos de poder, deseosos de
mando y confort que depusieron al General Isaias Medina Angarita.[2]
Esa ruptura institucional no valoró enteramente los
beneficios otorgados en escasos tres años por la controversial figura de Medina
Angarita[3], entre
otras cosas, cabe mencionar: promulga la Ley de Hidrocarburos, el anteproyecto
de la Ley de Reforma Agraria, la libertad de prensa, la legalización de los partidos
políticos y los sindicatos fueron algunos de los beneficios obtenidos.
Dos personas destacarán sobre el grupo, una civil: la de
Rómulo Bentacourt y la otra militar: la de Marcos Pérez Jiménez. Ambos serán
protagonistas y aliados momentáneamente. La
falta de proyecto, de plan de acción y de brújula política de Bentacourt y su partido
(representada por Gallegos) pondrá a Pérez Jiménez, por extremo requerimiento
de las circunstancias y de intereses
foráneos, en el poder durante diez años.(de 1948[4] hasta
1958) A Bentancourt[5]
lo impulsarán luego estos mismos intereses transnacionales inmediatamente
después de deponer a Pérez Jiménez. Ambos son los padres de la corrupción y la
arbitrariedad, el primero además de desmanes dio a los venezolanos inmensas
obras materiales; el segundo, dio al país un hilo constitucional y democrático
que no se ha roto desde entonces y una “libertad” sospechosa, para hacer y
decidir. Pérez Jiménez desayunó, Bentacourt almorzó y el pueblo venezolano pagó
los gastos.
Enfrentamientos que han provocado negaciones, un suceso
niega y culpa al anterior, ese ha sido el vaivén del ámbito político venezolano
del siglo veinte. Gómez niega a Castro; López Contreras abjura del gomecismo;
Medina se distancia de López Contreras; Pérez Jiménez anula a Medina;
Bentancourt a Pérez Jiménez y así sucesivamente. El pasado, para los
venezolanos, es un lugar para encontrar las causas de las deficiencias del
presente, no es humus fértil, ni suelo estable, sino oscuridad permanente. Al
pasado hay que negarlo y ocultarlo, pareciera decir el dictamen del gobierno de
turno.
De igual modo ha ocurrido entre los grupos opuestos: el
de la izquierda y el de la derecha; el
del gobierno y el de la oposición; el del comunismo y el capitalismo. No se
aprecia lo bueno del contrario, se destacan sus deficiencias, se ignora y
agrede en última instancia.
Particularmente hay que destacar dos de estos
enfrentamientos: el del comunismo vs. capitalismo y el de gobierno vs.
oposición.
Un momento de poder tuvo la izquierda comunista
venezolana[6]: el
gobierno de Isaias Medina Angarita. Desde entonces su participación ha sido,
disminuida, relegada, destruida y disfrazada.
La “otra izquierda” la socialista, ha mantenido el poder
desde 1958 y apenas en parpadeos lo ha perdido ante los derechistas demócratas
cristianos. Actualmente los muñones del comunismo conservan mínimas cuotas de
poder al lado de una alianza amorfa, vacilante y acomodaticia conformada por
una tizana ideológica y blandengue llamada convergencia.
El poder (adeco) tuvo en su momento, una oposición
(comunista) durante la década de los sesenta. Confrontaciones verbales y
físicas alteraron profundamente el clima político del país durante más de diez
años, radicalizados unos y otros, consiguieron en la guerrilla urbana y en los
trabajos de inteligencia policial, un punto de choque hecho de atentados y
torturas.
·
Segunda
disidencia.
El mundo se transformó radicalmente, desde una
perspectiva estética, durante los años sesenta. Fueron años convulsionados y de
gran destape. Movimientos juveniles proponían ideas y acciones diversas y nada
tradicionales. Musicalmente emergen los Beatles, socialmente Martin Luther King
aboga por los derechos de los negros en USA, el movimiento Hippie y de
liberación femenina promueven el amor libre y la igualdad. Latinoamérica no
escapará de esos movimientos de cambios, en Centro América Cuba alza la bandera
de la revolución, en Venezuela la ola se alza y quiere ahogar a las clases
dominantes, la presión ejercida sobre la oposición minoritaria comunista gana
adeptos entre los artistas. Escritores, pintores y escultores se suman a una
lucha de guerrillas, el lema: flor y fusil, los núcleos generadores: las FALN,
el PCV, el MIR representantes de la lucha política y armada; el Techo de la Ballena y Tabla Redonda[7]
como parte de la revolución estética, pero luego de treinta años sólo
quedan exguerrilleros ministros (Pekoft)
y transgresores estéticos-embajadores (Adriano González León). El poder
absorbió a la oposición y/o esta se plegó a la discurso oficial.
Esos tiempos turbulentos fueron el marco de las primeras
publicaciones de Víctor Valera Mora (1935-1984) uno de los poetas más
importantes de la poesía moderna venezolana, comunista y bohemio por
convicción; amante y niño terrible por naturaleza.
Valera Mora escribió sus primeros libros entre 1961 y 1971. El libro con el cual incursiona en el
proceso literario venezolano fue Canción
del soldado justo (editorial Luxor, Caracas, 1961) y quizás el libro más
importante Amanecí de Bala (Editorial Cabimas, Mérida, 1971). Aunque
entre ambos haya diez años, contienen verdaderos testimonios sociales e
históricos de su época.
Entre 1951 y 1961 Valera Mora emprendió un viaje poético
e ideológico que no detuvo hasta su muerte. Un intento de reconvertir el mundo
que tenía ante sus ojos: escribiendo y actuando; sintiendo y luchando.[8]
POESIA Y REBELION
·
Notas del
entorno.
Al hojear un manual de Historia[9] que
aborde el aspectos políticos, sociales, económicos y culturales del proceso
histórico venezolano es evidente que los logros están resaltados con mayúsculas
y en negritas, que la voz de la oficialidad enuncia con escándalos sus
victorias, pero simultáneamente la otra voz, la de los vencidos es silenciada y
ocultada.
En la Educación Básica venezolana se
confunde la enseñanza de la historia con un ejercicio didáctico y aleccionador,
moralista y censor que se limita tan sólo a reseñar fechas y mostrar disfraces
de los acontecimientos. A elogiar héroes
y a enumerar nombres y acciones inconexas. No hay lugar para la disidencia, no
hay un sitio para llevar la contraria.
La polémica, el
ejercicio crítico, la revisión e interpretación de los hechos; la interconexión
de lugares, nombres y hombres es un ejercicio poco frecuente. Historia
pareciera sinónimo de memorización de datos y repetición de lugares comunes.
·
Veinte años no
es nada.
Si se abre un paréntesis de estudio que abarque dos
décadas (1961-1981) en la historia de un hombre (Víctor Valera Mora,
1935-1984), que por extensión whitmaniana es la historia de todos los hombres,
sin intención de mitificar, más bien de crear controversia, pueden destacarse
superficialmente los siguientes hechos:
¨
En el ámbito político:
Þ Entre 1958 y
1981 Venezuela tuvo cinco presidentes constitucionales, el bipartidismo
(AD-Copey) compartió el poder ininterrumpidamente.
Þ Simultáneamente
fueron debilitándose de manera paulatina las organizaciones políticas que en la primera parte del siglo tuvieron
cierto protagonismo (PCV, MIR, MEP y URD).
Þ La corrupción
fue en estos veinte años algo cotidiano, el peor insulto que alguien puede
proferir al término de estas dos décadas es: usted es un político.
Þ Si bien es
cierto que se nacionalizó la industria petrolera, la deuda externa aumentó a
tales niveles que resulta impagable.
Þ La guerrilla
dura escasamente cinco años, (1960-1965) sin objetivos precisos y sin apoyo
social los ideólogos y guerrilleros izquierdistas quedan tan aislados que
pronto se vuelven anacrónicos y desubicados.
¨
En el ámbito cultural:
Þ Los transgresores
estéticos son, en su mayoría, militantes radicales de izquierda. Grupos
artísticos como Sardio, Techo de la
Ballena y Tabla Redonda[10]
representan banderas de lucha
enconada en contra de la oficialidad.
Þ Violencia
verbal y violencia política van de la mano. Lo urbano, lo político y lo social unido o superpuesto
en la obra artística.
Þ De modo
sucesivo los trangresores estéticos van plegándose al discurso oficial, la
violación repetida se torna en rito previsto y sin riesgo.
Þ Los artistas de
los sesenta ocupan altos cargos en oficinas gubernamentales, embajadas,
editoriales e instituciones culturales.
¨
Socialmente:
Þ La clase baja
sigue siendo clase desguarnecida y marginal.
Þ Crecen los
cordones de miseria en torno a las grandes ciudades.
Þ Las
universidades nacionales son una alternativa para ascender socialmente: un
título universitario es sinónimo de mejora económica (ilusión de clase media)
Þ Después de la
Nacionalización de la industria petrolera, la clase media alta y la clase
dirigencial “inunda” a Miami.
En ese mismo lapso Víctor
Valera Mora[11]:
¨
Políticamente:
Þ Nunca renuncia
a su ideas comunistas, aun cuando por ello pierda amistades, se vuelva
anacrónico, obsesionado y problemático.
¨
Artísticamente:
Þ Publica cuatro
libros:
Canción del
soldado justo. (1961)
Amanecí de Bala. (1971)
Con un pie en el estribo. (1979)
70 poemas Stalinistas. (1980)
Este último es premiado por el CONAC, Amanecí de Bala había sido recogido y
quemado por el gobierno.
Þ Socialmente:
Además de permanecer en una
bohemia trashumante que se disgrega y poco a poco se hace decayente, ante la
indiferencia del entorno termina autoagrediéndose.
Buen bebedor y buen amante , mujeres y licor son compañeros inseparables
de su poesía.
Son trazos arbitrarios y superficiales de Venezuela y de
Valera Mora, no pretenden ser un tratado sociológico, ni aspiran convertirse en
un estudio histórico distinto, es apenas un acercamiento al entorno.
·
Violencia y
Poesía.
En Venezuela
violenta (1968), Orlando Araujo
realiza un análisis de la situación social, económica y política del país, por
supuesto que el estudio aborda la situación cultural.
Para aquellos que han fijado como fecha crucial a 1958,
año de despertares y de estallidos
Araujo les responde con un profundo y reflexivo análisis del origen de la
violencia y consecuentemente enmarca los acontecimientos de los años 50 y 60
como parte de todo un proceso histórico que se origina en la conquista hispana
y que aun no se detiene.
Certeramente Venezuela
Violenta se revela como un libro que arroja luz sobre los procesos más
recientes de colonización, indicando cómo el país se convierte en un país
recipendiario para todo lo que USA y el capitalismo vierten sobre las
sociedades hispanoamericanas.
Este estudio concluye con los contextos políticos de
violencia sosteniendo que la violencia venezolana del siglo XX tiene dos
vertientes de origen: una de ellas deriva de los conflictos coloniales no
resueltos todavía; la otra se debe a los esquemas ideológicos insertados por
los conflictos este-oeste de postguerra o lo que es lo mismo, la confrontación
de frialdad entre los órdenes dominantes (Comunismo vs. Capitalismo)
La postura poética y política de Valera Mora se
sostiene en este contexto y sus soportes
habría que buscarlos en sus lecturas predilectas[12].
De lejos venía
su revolución, sabía a Lope de Aguirre, a Bolívar y a Zamora, en sus poemas se
mezclan tiempos y se conjugan voces. Valera Mora es vidente de su tiempo,
tiempo desarticulado que le toca vivir, que repudia e intenta recomponer en
versos de utopía. En franca discordia con su entorno Valera Mora agrede y es
agredido por el poder político.[13]
Si hay que hacer un levantamiento teórico en torno a la
vanguardia venezolana y la cuota aportada por los trujillanos, es necesario
sostener que todos los escritores nacidos en el Estado Trujillo provienen de la
periferia de la ciudad capital, es decir, además de ser representantes de la
provincia en Caracas, también vienen del margen, de la orilla del Estado
andino. Francisco Pérez Perdomo y Adriano González León de Boconó; Ramón
Palomares de Escuque, José Barroeta de Pampanito y Víctor Valera Mora de
Valera. Quizás en esos pequeños pueblos tienen mayor libertad y menos
prejuicios, menos controles para castrar e impedir desarrollos creativos
inesperados. Este grupo vanguardista trujillano tiene puntos en común, en la
década del sesenta eran jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 25 y 35 años,
pertenecieron a grupos políticos de izquierda
y cada uno, según su estilo, voz y expresión rescata el imaginario
andino mediante la incorporación de elementos lingüísticos locales: oralidad,
variaciones dialectales, toponímias; elementos de ficción (los fantasmas
pueblerinos y las consideraciones en torno a rituales mortuorios). Una zaga que
se inserta en el discurso vanguardista para transformar lo regional en elemento
universal.
·
Cuatro puntos
Cardinales.
Si se comenta un poema de cada libro publicado durante
estos veinte años, sin duda que la selección se sustenta en intereses y gustos
personales que podrían perjudicar al
poeta Víctor Valera Mora, corriendo el riesgo de parcelar o encasillar
injustamente su producción poética.
La muestra poética que conforma el núcleo del ensayo está
compuesta por la selección que incluye:
de Canción del soldado justo “El
infranqueable”; de Amanecí de Bala
el poema del mismo nombre; Con un pie en
el estribo está representado por versos escogidos y de 70 poemas Stalinistas “Canción
de la Noche y el crepúsculo”
EL
INFRANQUEABLE
Tú
llegas vacío por entre dientes
y
los panes golpéante debajo
y
sigues muerto de hambre.
Llegas
vacío entre aguaceros
y
la sed corónate su rey
y
sigues hambriento nuevamente.
Y
llegas vacío por entre sastres
y
los trajes dante en las narices
y
sigues al desnudo, caminando.
Tú
llegas vacío por entre labios
y
el amor recíbete a duro celo
y
sigues tan solícito, amando.
Y
llegas vacío entre brazos
y
el amigo en amistad rueda por tierra
y
sigues amistando, cuerdamente.
Llegas
vacío por entre odios
y
el enemigo, ni se diga, te vacil
y
sigues en espera de algún día.
Y
llegas vacío por entre sangres
y
el hermano niégate tres veces
y
sigues ingeniándote animal.
Tú
llegas vacío por entre obreros
y
el desempleo prende la solapa
y
sigues descontento, como nunca.
Llegas
vacío entre lunas
y
el campesino, anochécete el costado
y
sigues afilando la consigna.
Y
llegas vacío entre banderas
y
el pueblo confíate su rostro
y
sigues peleando tu mañana.[14]
“El infranqueable” está elaborado en torno a nódulos de
sentido opuestos colocados en tercetos muy bien distribuidos en tres partes:
desamparo, soledad y falta de solidaridad [15], con un
ritmo sostenido sobre la base del uso reiterado de la conjunción, de partículas
pronominales encíclicas y de la
repetición de dos palabras (llegas y vacío)[16]. El
estilo poético tiene por el uso de la repetición el aspecto de canción, la
paradoja es el recurso que sustenta significativamente a la elaboración
poética. “El infranqueable” es una suerte de arte poética, el poeta se sabe incompleto y aunque ante sus
sentidos estén las salidas materiales a sus crisis o a sus conflictos, prefiere
ejercer su oficio de descontento sin reforma, arreglo circunstancial o acomodo.
De ese modo, muestra su desamparo. La protesta evidente se traduce en
inconformidad constante, el poeta sin hambriento, sediento y desnudo no
consigue en su entorno la salvación; sin amor, amistad y hermandad, solitario
se muestra infranqueable pero esperanzado. Sin solidaridad urbana (obreros) y
rural (campesino) el poeta sigue obstinado en su lucha.
Amanecí de bala
amanecí
bien magníficamente bien todo arisco
hoy
no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja
mi
vida toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer
alta
y rubia cuando vaya a la Facultad de Farmacia se lo diré
seguro
que se lo diré asunto mío amanecer así
esta
mañana cuando abrí las puertas con la primera ráfaga
alborotando
tumbando todo entraron a mis pulmones
los
otros poetas de la pandilla de Lautrèamont
grandes
señores tolerados a duras penas por sus mujeres
al
más frenético le pregunto por su libro vagancia city
cómo
me gusta complicar a mis amigos los vivo nombrando
el
diablo no me llevará a mí solo
ella
antiguamente se llamaba Frida y estaba residenciada en Baviera
en
una casa de grandes rocas levantadas por su amante vikingo
sus
locuras en el mar de los sargazos
hay
sol hasta la madrugada y creo que jamás moriré
sin
embargo deseo que este día me sobreviva
soy
desmesurado o excesivo y no doy consejos a nadie
pero
hoy veo más claro que nunca y quiero que los demás participen
hermoso
día me enalteces desenfrenada alegría
no
tengo comercio con la muerte no le temo
llevo
en la sangre la vida de cada día soy de este mundo
bueno
como un niño implacable como un niño
guardo
una fidelidad de hierro a los sueños de mi infancia
en
este punto soy socrático él y yo
elevamos volantines
restituimos
la edad de oro el “qué habrá al final del arco suspendido”
ahora
mismo se está mudando un río
hoy
una morena de belleza agresiva me dijo pero si estás lindo
entonces
yo le dije acaso no sucede cada dos mil años pierdo el hilo
día
de advenimiento de locos combates de amor a altas temperaturas
desnudos
nos hundimos en las aguas del mismo río
“Amanecí de Bala” por su parte está elaborado en torno a
una propuesta significativa de aprovechar
el día, (“hoy no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja/ mi vida
toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer alta y rubia”) amando y viendo
más claro, y creyéndose inmortal (“hoy veo más claro que nunca y quiero que los
demás participen/ hermoso día me enalteces/ desenfrenada alegría/ no tengo
contrato con la muerte no le temo/ llevo en la sangre la vida de cada día). El
poema liga lo transitorio y lo eterno, lo personal con lo mítico al nombrar a
La pandilla. Un canto a mi mismo resuelto en torno a su amada y a su oficio de
vidente, de amante.
CON UN PIE EN EL ESTRIBO
(selección
de versos)
..........................
Quede
claro hablo de un fuego sin límite
no
del índice ni de la portada del libro de los muertos
..........................
Giro
como un trompo solar
Dudo
pero no desespero
Si
quiero leer un radiante poema lo escribo
un
oscuro también
En
poesía ando solo y suelto prenda
Me
hundo en los relámpagos de las ciencias exactas
............................
En
el futuro la gran confrontación será
entre
fisiología y las matemáticas aquí en la tierra
y
la física teórica y la poesía más allá del infierno
Participaré
vivo y pleno
en
semejante combate en tal estruendo
...........................
Huid
de las Escuelas de Letras cual demonios
Todo
en ellas es inodoro incoloro insípido hasta más no poder
.............................
El
poeta es el detonante
El
poeta es el que ve no el visto
El
poeta cuando se ciega entonces duerme
EL
poeta necesita una cura de vigilia
El
poeta será el clandestino
La selección de Con
un pie en el estribo manifiesta la postura radical de su oficio poético,
fija sus linderos, se refleja y se retrata verbalmente, de modo lúcido arroja
sus dardos en cada verso, una autosuficiencia tremendista y un afán de
celebrarse en la poesía, de cantarle al poema y cantarse. “Definiciones”
poéticas, disidencias verbales, un ultimatum a su entorno.
Finalmente, “Canción de la noche y el crepúsculo” se
muestra como clara propuesta irónica de trastocar los refranes populares y de
incorporar elementos cotidianos ligados a estas inversiones de sentido en torno
a la vida y a la muerte, parodiando las situaciones alternas para concluir
luego con un verso de Quevedo invertido y divertido.
CANCION
DE LA NOCHE Y EL CREPUSCULO
Yo
no le temo a la vida
aunque
la encuentre en la calle
porque
sin permiso del gato
la
vida no vive a nadie
A.
C. Loyola
Entonces
quedamos en que la muerte es una sola
y
lo que se gana apenas alcanza para medio morir
y
dejad que los vivos desentierren a sus vivos
y
estudien en la universidad de la muerte y peligro
de
vida y seguro de muerte y soy fiel a mis vivos y pon
tus
huesos al sol cuando veas dar agua a los de tu vecino
y
aquí muertico y coleando y da lo mismo sentarse frente
a
TV o a la TM y dejen que me les viva y
dejen que me les viva para que ustedes vean
y a los 9 meses y por el método de parto con
bastante dolor
en
la paternidad anti-concepción palacios dio a sombra
un
esquelético de lo más tétrico y son
muchos los ruidos
de
cadenas de felicitación y sus numerosas amistades
han
enviado rosas moradas y mustias y siguen llegando ruidos y flores
y
el progenitor cuerdo de contento obsequia a los presentes grandes
cigarros
de azufre y con estruendo destapa una
helada y espumante
botella
de vitriolo y copas en alto auguran al recién malvenido un venturoso pasado
y
el cancer no es vital si se le trata a tiempo
y
dése muerte con Coca Cola
y
muerte ¿tú me amas? y te querre hasta la vida
y
se vivió de repente y tan lleno de muerte que se veía
y
obstinado se quitó la muerte de un balazo y adiós fosa cruel
y
vendrá la vida y tendrá tus cuencas y ese relajo in pace
y
el avión se precipitó a cielo y no hay sobremuertos y todo
muere
y se ovilla y vive y el vivero del este es más chévere
que
el vivero general del sur y los rollos del mar vivo
y
el origen de la muerte es hidrópico y otros sostienen lo contrario
y
los sitios de veraneo TO y el paisaje de reposo Venezuela Suya
y
en este recodo del camino sale un vivo a caballo y el sombrero al aire
y
se comió del susto y se las daba de más
muerto que los demás
y
señora un policía vivió a su muchachito cuando salía de la escuela
y
huérfano de padre y madre y he visto vivos cargando basura
y
por ateo no auptosia a los hijos y por eso andan por ahí el santo
día
realengos y sin dios ni diablo que lo guarden y hasta
después
de vivos son útiles y el culto a la impersonalidad y
veremos
y escupiremos sobre la cuna del general desconocido
y
lo vivió de una puñalada y ay rigorito
y
la incomunicabilidad de los muertos y a
li mortacci tua
y
carne serás más carne enamorada
·
Vigencia y
urgencia de la palabra poética de Víctor Valera Mora.
Una lectura integral de las obras completas de Valera
Mora muestra los postulados de una época de manera decisiva y transcendente:
oficio del poeta, fijar sus versos y sus circunstancias en favor del reflejo y
la comprensión de su entorno mediante una comunión sustentada en la
sensibilidad y en la claridad para asumir su destino de grabar en versos cada
acontecimiento: cada vez que el poeta entrega su tiempo al oficio de escritura,
este se le convierte en tiempo de entrega.
Valera Mora, rescatado de su prematura muerte por su
poesía ha vuelto y urge atender su mensaje conflictivo, desordenado,
irreverente, tremendo e incendiario.[17]
Palabra de conflicto pero también canto amoroso, canto
esperanzado en un porvenir distinto, en un nuevo universo.
Entre los jóvenes sin brújula Valera Mora está llamado a
ser una luz de verbo y facto, un sendero.
CERRANDO
PUERTAS
Un ensayo que mezcle los fuegos históricos y poéticos sin
que estos quemen las manos del aprendiz de ensayista, no puede ocultar palmas
ardientes y dedos cansados, no obstante, se tradujeron de modo superficial
veinte años de un proceso político y cultural de un país bastante complejo.
Complacer a otros sin hallar satisfacciones personales sería mero ejercicio
académico. Dos décadas en torno a un hombre y su obra que se sintetizan en dos
sentidos:
·
La revisión del fracaso revolucionario de la
izquierda comunista venezolana y sus seguidores tanto política, ideológica y
estéticamente que, sin embargo, significó un cambio notable en las
consideraciones artísticas del proceso cultural venezolano.
·
La producción literaria de un poeta trujillano y sus
relaciones con el entorno como manifestación de una postura coherente entre los
postulados ideológicos y las propuestas estéticas.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS:
Araujo, Orlando (1968) Venezuela Violenta. Caracas: Ediciones
Espérides.
Bilblioteca Nacional. (1994)
El Chino Valera Mora.
Caballero, Manuel (1988) Las Venezuelas del Siglo Veinte.
Caracas: Grijalbo.
Chacón, Alfredo. (1970) La izquierda cultural venezolana.
Caracas: Ediciones Domingo Fuentes.
Jiménez Emán, Gabriel (1987)
“Las distancias imantadas de Víctor Valera Mora”. En: Antología Poética. Caracas:
Fundarte.
U.C.V. (1992) El Chino Valera Mora
Valera Mora, Víctor (1994) Obras Completas. Caracas: Fundarte.
Yague Jarque, Eloy.
(1994) “Poesía Vino y rebelión”. En: Poesía
vino y rebelión Caracas: Biblioteca Nacional
[1]Hay que recordar que desde 1936, venían dándose cambios sociales y
políticos que prometían la transición definitiva y armónica de un gobierno
totalitario y militar a una democracia civil y progresista.
[2]”Medina Angarita va a enfrentar sobre todo a dos vigorosas
oposiciones: una abierta, civil, callejienta y bullanguera: la otra militar y
como tal soterrada, pero lo que es peor ignorada; y por las tres cosas la más
peligrosa de ambas.” (Caballero, 1988; 92)
[3]”Atípico el gobierno. Lo preside un general “gomecista” que no
tiene un preso político; que permite que la prensa lo injurie, y sin embargo
metería muy constitucionalmente preso a quien pregonase la lucha de clases; que
mantiene en la ilegalidad a los comunistas pero los acepta como aliados; que no
desdeña los “baños de multitud”, la confrontación callejera en mitines y
manifestaciones, pero se niega a una elección directa mostrando mucha menos
flexibilidad que el ex dictador Batista, que crea un partido para ganar en la
calle pero entiende imponer al sucesor que mantiene in pectore como el más arcaico pontífice.” (Caballero, 1988)
[4]”La violencia en 1948, apoyada por el partido socialcristiano
Copey y por URD concluye con la caída de AD y con la instalación de una
dictadura cuya represión arroja un saldo
no menor de veinticinco muertos, sin incluir la masacre de Turén” (Araujo,
1968; 149)
[5]”Con el 23 de Enero de 1958 culmina un proceso de violencia
iniciado por la izquierda diez años atrás y apoyado, en las últimas horas, por
la burguesía y el ejército. Como en 1936 y 1945, la violencia pudo haber
fructificado en revolución. Sin embargo, no sucedió así y el gobierno fue
controlado por la alta burguesía que, habiendo lucrado en tiempos de Pérez
Jiménez, se presentaba ahora como salvadora. El resultado fue Bentacourt quien,
para neutralizar los grupos reaccionarios de poder (curas, militares y yanquis)
comenzó vociferando un anticomunismo histérico un intocable “hilo
constitucional” y finalmente una pintoresca y desvergonzada condición de
súbdito yanqui (...) Este personaje puede enorgullecerse de haber sido el
primer Presidente de Venezuela que concluyó su período con un saldo de 300
muertos políticos (no se cuentan los saldos de acciones armadas: Barcelona,
Carúpano y Puerto Cabello) por acción represiva, más de diez periódicos
clausurados; dieciocho parlamentarios inconstitucionalmente detenidos y
secuestrados.” (Caballero, 1988)
[6]Los juegos permanentes
del comunismo en las Universidades venezolanas se han limitado a reparticiones
de cuotas de poder y enunciaciones de discursos marxistas cuya aplicación en la
realidad ha sido enteramente opuesta. En todo caso ha sido palestra de revoluciones
de cartón, mantenidas por ciertos catedráticos que gozan de todos lo beneficios
y defendidas absurdamente por pequeños grupúsculos radicales inmersos en una
gran placenta de beneficios estudiantiles y universitarios.
[7]”Por supuesto que Venezuela
no podía dar la espalda a esa realidad: fue precisamente en la década del 60
cuando esta toma de conciencia se agita en nuestro país a todos los niveles,
golpeando a su manera los valores impuestos por el capitalismo y sus respectivas
‘caricaturas’ en todo el continente. Casi toda la producción de Sardio, Techo de la Ballena, y Tabla
Redonda cumplen con ese cometido en el rango estético con un fuerte ácido,
que intenta desacralizar todo trance impuesto e instituido, y comienza a forjar
sus propios puntos con la realidad que serán tan diversos como coherentes.
(Jimenez Emán, 1987)
[8]Un resumen sucinto de sus
acciones durante este período recoge los
siguientes aspectos relevantes:
En
1951 se traslada hacia San Juan de los Morros, ese mismo año intenta hacer un
periódico local que fracasa al poco tiempo, ese mismo año se incorpora a la
Juventud comunista. En 1956 se gradúa de bachiller, al año siguiente entra a
estudiar sociología en la UCV, durante los disturbios de finales del 57 es
apresado por la Seguridad Nacional. Sale en libertad a comienzos del 58. Dos
años después se gradúa de Sociologo, en 1961 publica su primer libro: Canción del soldado justo. (UCV, 1992)
[9]Refiriéndose a los manuales viciados que se usan
indiscriminadamente en la segunda y tercera etapa de Educación Básica
destinados a la Historia de Venezuela.
[10]Cabe destacar que Valera Mora no perteneció a ninguno de estos grupos,
aunque tuvo relaciones amistosas con muchos de sus participantes no se plegó a
manifiestos o tendencias dictadas por un grupo. Su participación en La pandilla
de Lautrèamont no puede verse como una postura grupal, los pandilleros se
reunían para hablar y realizar con gusto y gozo algunas acciones atrevidas y
bohemias, no obstante, hasta hoy no se le conocen manifiestos.
[11]En 1963 Valera Mora participa en imnumerables recitales en la UCV;
en 1970 vive en Mérida y trabaja en la Dirección de Cultura; en 1971 publica Amanecí de Bala, al año siguiente
vuelve a publicar Con un pie en el
estribo; entre 1972 y 1973 vive en Europa, vinculándose con los Comité de
Solidaridad con America Latina y el tercer Mundo, ese mismo año regresa a
venezuela y trabaja con la Corporación Centro-Occidental; desde el 74 hasta el
81 trabaja en Caracas en Cultura.
Durante sus tres últimos años de vida coordina el Taller de Creatividad y
Expresión Literaria para Niños en Gato Negro, Catia, muere en abril del 84
(30-04-9-1984)
[12]....los héroes literarios
abarcaban un amplio espectro: desde Rimbaud, Baudelaire y Lautrèamont hasta los
poetas norteamericanos de la Beat Generation: Ginsberg, Burroughs, Corso,
Ferlinghetti, pasando por los surrealistas y Dadá; desde Pablo Neruda, César
Vallejo y Nicolás Guillén, hasta García Lorca, Alberti y Miguel Hernández.
(Yague Jarque, 1994)
[13]....la razón de Estado
decide lo que los poetas pueden o no pueden. Hay que salvagualdar el orden y
las buenas costumbres. Los dioses son siempre buenos. Ninguna ofensa puede
hacerse en público contra los estadistas y las personas ilustres. En cualquier
circunstancia se recomienda exaltar a los héroes. Las acciones de los políticos
no atañen a la poesía. Son cuestiones a debatir en comisiones a puerta cerrada.
La ironía es inadmisible. Los escritores son embusteros de vocación, por tanto
se adscribe en los organismos de propaganda. Hay que preservar a toda costa la
armonía cinún. En suma, lo positivo es lo que se expresa bien, lo que suena
bien, lo decente, lo equilibrado. Los agitadores acaban en el exilio o son
exterminados y sus obras prohibidas, censuradas, mutiladas dijo hace más de dos
mil años Platón en La República.
Todo lo contrario hizo Valera Mora, consciente de su oficio de vidente e
incendiario, de niño terrible, sino piensen en un poema como “Nombres Propios”
donde contradice todos los postulados platónicos, o en el poema Historia donde cuestiona y
autocuestiona la palabra: “Lo que dije de mí y no dije/ soy/ lo que dijeron y
no dijeron/ también/ Estoy en Algo”
[14]Todos los poemas de Valera Mora aquí citados fueron extraídos del
libro: Obras Completas. Caracas:
Fundarte, 1994.
[15](1)Y llegas vacío por entre labios
(2)y el amor recíbete a duro celo
(3)y sigues tan solícito amando.
y el amor recíbete a duro celo (....) y el
campesino, anochecete el costado
[17]”no puedo vivir sin
conflicto/; todo lo que toco o me toca lo desordeno/; hago lo que me da la
gana/;yo sólo quiero parir escorpiones/; fui un arbolario/un mal incendio/; hay
que vivir agresivamente/; ámame o bórrame del libro de la vida” (Valera Mora,
1994)
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