martes, 18 de abril de 2017

LA TESIS: SIETE PECADOS Y SIETE VIRTUDES





la tesis: Tejidos y enredos
De los siete pecados  y las siete virtudes en torno a las tesis

José Luis Barroeta Barazarte.

 

I

una tesis puede convertirse en el producto de un trabajo sostenido y reflexivo del investigador. De la comprensión de su entorno y de su tiempo.
Una tesis también puede ser un proyecto frustrado, inacabado y conflictivo originado por la ausencia del oficio de lectura, escritura e investigación.

II

La tesis muestra la cara oculta del investigador, sus inquietudes y sus contradicciones resueltas en palabras que se unen con trabajo, creación y agudeza.
La aglomeración y yuxtaposición de citas puede engendrar pseudotesis, armazones inextricables de teorías y postulados verdaderamente ilegibles.

III

            Una tesis no es un libro finamente acabado, es un escalón para lograrlo. En el intento, el aprendiz de investigador o escritor, se curte en el uso apropiado de la palabra y del pensamiento.
            La tesis es, en ocasiones, un reducto donde se apertrecha la arbitrariedad bajo fórmulas aprendidas en la “academia” que expresan discursos donde la previsibilidad teórica es obvia. (ténganse en cuenta, en tal sentido, los balbuceos imitativos y contagiosos de la modernidad y sus seguidores)

IV

            En ocasiones, la tesis muestra el perfil del que en ella ha trabajado, pero suele suceder que también sea una máscara que oculta las pretensiones del tutor o consejero.

V

            La tesis es un punto culminante de un proceso de formación, pero es una cresta que puede prolongarse o no, dependiendo del ritmo vital del tesista, quien luego podría insistir en su afán de escritura y crear, recrear, desarmar o replantear la esencia de la tesis, así entendida, la tesis puede ser semilla que fecunde y propague; que incluso sirva a otros de fuente para iniciar trabajos cuyo valor sea semejante o superior al que lo propició.

VI

            Las tesis pueden ser los estandartes victoriosos de maestrías y doctorados, no obstante, tales insignias pueden brillar como oro verbal o como vidrio vano verborréico, producir trabajos en serie o aportar pequeñas migas al conocimiento humano: vías dobles de la escritura.

VII

            Un trabajo de tesis es, en numerosas ocasiones, la pesadilla del estudiante de postgrado, quien  —debido a evidentes y acentuadas costumbres de no-escritura y no-investigación— opta por la postergación de la tesis. La tesis es, por tal motivo, sudor y pudor. Con honestidad intelectual, con vergüenza para admitir limitaciones, tal vez salga la tesis ansiada.




AMBITOS DE LA ESCRITURA.

            ¿Cuál es el ámbito de una gota de agua?
                                                                                  El universo,
un punto del universo y el universo en un punto.
            La tesis es un fragmento y a la vez es el cosmos.

            Así entendido el trabajo de tesis es interdisciplinario, necesita de multiplicidad de voces que se acoplen para levantar un edificio que unifique  y ramifique, confluencia de pareceres para propiciar entendimientos y procurar mejoras cualitativas en la investigación. En este sentido, el tesista debe asumir su trabajo con humildad y apertura espiritual; con deseos de dialogar francamente con disciplinas cercanas y por qué no, distantes o disímiles. El texto se muestra como un tejido que ha aprovechado su ámbito, que no subestima pero que igualmente que no dispersa al tesista.

ESQUELETOS.

            La estructura ideal que debe tener “academicamente” una tesis es la siguiente:

1.      Cubierta o portada.
Contiene:
            — Membrete.
    Título de la tesis.
    Lugar y fecha de presentación.
    Autor.

2.      Guardas.
Hojas en blanco (generalmente dos) que se hallan al principio y al final del libro, como protección.

3.      Anteportada.
4.      Portadilla o frontispicio.
A los elementos que integran la portada se le añaden:
La razón por la cual se está presentando el trabajo: (trabajo de grado presentado ante la Universidad de los Andes por ******* como requisito parcial para optar al título de ********, realizado bajo la tutoría de *********)
5.      Dedicatoria.
6.      Agradecimiento.
7.      Jurado Calificador. (Lugar para firmar y aprobar).
8.      Indice.
9.      Epígrafe.
10.  Introducción, prefacio, prólogo o proemio.
11.  Texto o cuerpo de la tesis; dividido generalmente en secciones, capítulos, subdivisiones, etc., de acuerdo con la extensión u organización.
Dentro del texto pueden encontrase:
·         Gráficas.
·         Diagrámas.
·         Cuadros sinópticos.
·         Esquemas.
·         Ilustraciones o viñetas.
12.  Conclusiones
13.  Después del texto pueden encontrarse:
·         Apéndice o anexos.
·         Indice o tabla de materias.
·         Bibliografía.
Revisión bibliohemerográfica.
Sobre el autor:
— Bibliografía directa.
—Bibliografía indirecta.
— Bibliografía teórica.
·         Fe de erratas.
·         Glosario.






























ESQUEMA DE LA TESIS

 

Título (tentativo):

ALFREDO ARMAS ALFONZO o ars narrativa fundacional del cuento breve venezolano

Tutor (Probablemente):
Luis Javier Hernández Carmona.

Autor (Seguro y confeso):

Jose Luis Barroeta Barazarte


Planteamiento del problema.
            A través de esta tesis se intentará elaborar un estudio crítico de algunos libros de Alfredo Armas Alfonzo En este sentido, el estudio pretenderá describir ¿cómo concibe? ¿qué modelos narrativos plantea el escritor? Y ¿por qué se consideran breves los textos de Armas Alfonzo?         
Se establecerán los fundamentos teóricos del cuento breve —luego de una revisión teórica del género— lo cual implicará una revisión en torno a los críticos y ensayistas que han abordado el tema. Tales antecedentes  permitirán ubicar y correlacionar a la obra de Alfredo Armas Alfonzo con la de los postulados teóricos para intentar expresar luego un Ars Narrativa particular, si existiese, en su obra cuentística.
            En resumen, el tema de la presente investigación  se estructurará en torno a la obra literaria de Alfredo Armas Alfonzo y se sustentará con los trabajos teóricos sobre el cuento hispanoamericano.

HIPOTESIS
            El proceso literario hispanoamericano ha contado en el siglo XX con una producción cuentística de una calidad innegable.
Alfredo Armas Alfonzo constituye un soporte esencial entre los fundadores del cuento breve venezolano. Las consideraciones posteriores, teóricas y narrativas, le deben mucho a la praxis narrativa de Armas Alfonzo.
 La obra cuentística de Armas Alfonzo representa un pilar fundamental en el ámbito de la narrativa moderna en Venezuela, se presenta como una  de los iniciadoras en la recuperación de la memoria socio-histórica a través del discurso literario.

OBJETIVO TOTAL
1.   Aproximar y Definir los elementos temáticos, semánticos y estructurales que conforman el Ars Narrativa de Alfredo Armas Alfonzo.

OBJETIVOS PARCIALES
1.   Relacionar la producción cuentística de Alfredo Armas Alfonzo con la crítica literaria del cuento  breve hispanoamericano en el siglo XX.
2.   Definir los elementos estilísticos y temáticos que caracterizan el Ars Narrativa de Alfredo Armas Alfonzo.

ESQUEMA GENERAL 

Introducción.

Capítulo I
                        1.1 El cuento breve. Fundamentos teóricos.
                        1.2 El cuento breve venezolano.

Capítulo II        
Estudio de la obra cuentística de Alfredo Armas Alfonzo.

Capítulo III
Ars Narrativa de Alfredo Armas Alfonzo.

Conclusiones

Bibliografía

EXPLICACION DEL ESQUEMA
            (Después de hablar con el tutor se explicará debidamente el esquema)

METODOLOGIA
            (Sin definir) Probablemente a partir de abordajes textuales, contextuales e intertextuales y con sustentaciones teóricas en críticos y ensayistas cuya pertinencia sea esencial para la elaboración discursiva de la tesis.
             
PLAN DE TRABAJO
Las reuniones ordinarias de trabajo con el tutor se realizarán, en la medida posible, mensualmente.

DURACION (También tentativa, pero deseable)
Seis meses, a partir de la entrega de la presetación de esta hoja de trabajo.




sábado, 10 de octubre de 2015

EMERGENCIAS DISCURSIVAS DE LA RETÓRICA

EMERGENCIAS DISCURSIVAS


La tecnología es un signo de identidad humana, deviene del lenguaje y su constructo resuelto y materializado, pensar a la inversa implica que el ser fue concebido desde lo tecnológico y tal postura sería un signo inequívoco que hace plano la multidimensionalidad del ser humano. La cultura engendra al pragmatismo, a lo operatorio, pensar que se hace identidad cultural desde las lenguas (que imprecisamente no sé a qué ha de dominarse pluralmente “las lenguas” porque la lengua, es una sola, lo que si es plural es el habla como manifestación idiomática singular de miles de seres y procesos culturales en esa dicotomía lingüística, que no filosófica del lenguaje)  Lo cultural construye a lo tecnológico, el hombre sintió, fue sensible y sensorial antes que tecnólogo y por procesos de complejidad y estructuración múltiple se hizo social y operatorio. El que concede a la lengua sólo un carácter operatorio es como el que define al hombre como sólo carne, huesos y pellejo sin esencia cognitiva que contenga otra cosa que razón y operación. La espiritualidad también es concebida desde el lenguaje, dista mucho de consideraciones metafísicas, su dominio no es inasible y mítico, sino que hace su constructo, por así llamarlo, en una huella que va en el ADN humano y no en un libraco pomposo de hundimiento o emergencias tecnológicas. La identidad cultural deviene del quehacer milenario del hombre sobre la tierra, sería insulso reducir a la lengua como un artificio tecnológico.  La actividad tecnológica es una actividad cultural. Otorgar un rasgo de víctima o victimario a la lengua es destruir de un solo golpe la interdependencia entre la lengua, la cultura y la tecnología que no mantienen una relación de agresión sino de cooperación, de intercomunicación y coexistencia, parcelar y diseccionar estos procesos resulta una falacia discursiva poco sustancial.  El signo reiterativo de identificar víctimas y victimarios es un afán postmoderno que ahonda en desarticulaciones infundadas e inútiles que nada dejan al ser. El lenguaje es otra cosa distinta a la lengua, habría que dar otros rodeos y otra exposición para discernir sobre el tema, un código es insostenible, sino hay lengua, una tecnología inexistente, sin ser que la manifieste. Apoyarse en la filosofía para sostener aspectos lingüísticos es como apoyarse sólo en los sentidos para explicar aspectos emocionales. En esa confusión epistemológica de indistintamente denominar lengua, lenguaje, habla, idiomas, dialectos como “lenguaje” y supeditarlo o esclavizarlo a definiciones tortuosas que nada aclaran y todo lo confunden para dar sensación de profundidad, es acabar con perspectivas múltiples que no se resuelven con esclavitudes o desarrollos cercenados. La ciencia y la tecnología entre muchas otras manifestaciones humanas inciden en lo social, lo progresivo es una manifestación que per se, no amplia el bienestar del ser. La cultura dista de ser mitología, es vida contenida y compleja que teje sus relaciones en un corpus más complejo que el de la racionalidad o la intersubjetividad, constituye un dinamismo que escapa al parcelamiento, que es atemporal, dista de ser un código y sienta sus bases en la existencia y la esencia del ser, ya no como categoría filosófica o lingüística y lejos de perpetuidad, el signo característico de la cultura es ciertamente efímero, trasciende el ser y como una huella que lo sigue y se desdibuja en un eje sucesivo, se difumina hasta borrarse. La expansión no es un carácter lingüístico intrínseco, se expande lo cultural conjuntamente con su contenido tecnológico, quien vea en lo cultural represión, se queda en la fachada, en lo enunciativo y desperdicia la profundidad que le contiene.





El habla es un producto social, la sociedad es un constructo tecnológico y viceversa, en una relación de doble vía que se constituye no desde la operación sino desde el ser y su esencia. Mucho tiene que ver la cultura, la cultura permanece, no es cuestión de aparecimientos diacrónicos, sino de una sincronía que se aborda múltiple y dinámica, la ciencia coexiste, no existe ni antes, ni después, coexiste e implanta su ritmo conforme el ser existe. Y qué contiene toda esta reflexión sino el lenguaje, cualquier diatriba que lo anule, y entronice a una u otra como comarca distintiva, ahoga al ser en incisiones y ulceraciones  existencialistas, pseudofilosóficas y supersticiosamente culturales y banalmente lingüísticas.  El progreso y la felicidad no son sinónimos ni se  parecen, el mundo y su disfrute tampoco, la cultura como regresión es incubación de banalidades extremas que subordinan a círculos lo que ni de cerca se le parece. La cultura nunca será un regreso, es un devenir incierto que no tiene índices proyectivos. Abordar lo lingüístico desde lo filosófico y confundirlo con lo epistemológico por supuesto que engendra cárceles porque en esa confusa levedad inquisitiva, se torna obscuro la diafanidad del ser humano que escapa a los parcelamientos y discernimientos discursivos. El lenguaje no tiene motores porque no es una máquina, y los hablantes no dependen del lenguaje sino del habla, el habla y la ciencia van conjuntamente como manifestaciones existenciales, cárceles, casas y museos son artificios metafóricos. El lenguaje que no la lengua, es un proceso más complejo que una operación y sus matrices no están en las disciplinas ni en los campos que pomposamente la razón ha tratado de crear. El acto de vivir es un acto existencial, si se le concede vida al lenguaje o a la cultura o a la tecnología,  ha de concedérsele finitud. Lo espiritual también tendría sentido en otro contexto y otra reflexión. La definición es parte del lenguaje, que no deviene en posturas ni en marchas y contramarchas, definir es cenizar decía José Lezama Lima.

jueves, 27 de agosto de 2015

PASIÓN Y LITERATURA



DE LA PALABRA
Reescritura del desaliento o notas apócrifas de una inconformidad anunciada.
José Luis Barroeta Barazarte.

Una de las funciones de la literatura es
la representación de las pasiones.
Octavio Paz

LOS ESTADOS DE ÁNIMO

            La literatura difiere de los escritos explicativos y científicos en que está elaborada en torno a una comunidad de estados de ánimo, del mismo modo en que el cuerpo lo está en torno a un alma invisible; y si la literatura emplea argumentos, teorías, erudición y observación, y parece acalorarse con aseveraciones o negativas, es sólo para hacernos participar en el banquete de los estados de ánimo. Opino que estos estados son los obreros y los mensajeros del que Todo lo Rige: los dioses de la antigüedad que aún habitan en su secreto Olimpo, los ángeles de los tiempos modernos que ascienden y descienden por su brillante escala; y creo que los argumentos, la teoría, la erudición y la observación son tan sólo lo que Blake llamó “pequeños demonios que luchan por sí mismos”, ilusiones de nuestra vida pasajera visible, que debemos poner al servicio de los estados de ánimo o no tendremos cabida en la eternidad. Todo cuanto puede verse, tocarse, medirse, explicarse, comprenderse, discutirse, no es más que un medio para el artista imaginativo, porque él es parte de la vida invisible y nos transmite su revelación, siempre nueva y siempre antigua. Se habla mucho de la necesidad de limitar la razón, pero la única limitación a la que puede someterse es el misterioso instinto que le ha hecho ser artista y que le enseña a descubrir estados de ánimo inmortales en deseos mortales, una esperanza eterna en nuestras ambiciones triviales o un amor divino en la pasión sexual.”
William Butler Yeats.
Ideas sobre el bien y el mal.
Madrid: La Fontana Mayor, 1975

PREAMBULO
Dios hizo al mundo en seis días,
un hombre no puede menos que hacer
ensayo en tres días
sin pretender con ello fundar mundos.
J.L.B.
          En el campo artístico prevalece el lenguaje como expresión omnipotente del espíritu. El lenguaje es el cuerpo construido de verbo, transeúnte y eterno a la vez. El lenguaje que expresa a la obra de arte constituye el abismo y el puente: la salvación transitoria del  artista. La escritura es un refugio y un desamparo, su carácter dual dota al hombre de pasadizos inaprensibles, comprendidos en terrenos de subjetividad y razón. Por lo escrito el hombre se emparenta con la divinidad, ansiando alcanzar un estado de ubicuidad tal que transforme radicalmente el mundo de certezas que lo ha parido, por lo escrito también se traslada a una dimensión  alterna donde sólo lo pronunciado tiene poder y donde paradójicamente el poder del silencio es de igual manera omnipotente.
          La palabra, en el caso literario,  expresamente en el narrativo, construye un espacio especial que -visto desde esa óptica de prevalencia del lenguaje- sirve de soporte a dualidades interdependientes: lo físico/psíquico;  lo apolíneo/dionisíaco;  la pasión/deseo; el eros/tánatos; que se comparten espacios, se superponen a expensas del terreno arrebatado a su contrario o en un feliz término de arreglos se funden,  en todos esos casos,  el verbo transfigura y satisface los deseos del escritor y del lector por sustitución. En el caso que aquí nos ocupa, el eje central es la pasión y el deseo como caras interdependientes que sumen al artista y al lector en algunos casos complejos de relaciones.
          La obra de arte literaria se revela como una expresión estética de la pasión que produce efecto placentero tanto en el escritor como en el lector. La novela o el cuento fundan sus reinos a partir de un contacto íntimo con el lector, tal acercamiento se expresa en dos instantes; un primer momento hecho de dilucidaciones por parte del escritor, armador de edificios verbales y otro elaborado por el lector, fundador de significaciones a partir de la escritura, en ambos predomina un sentido polivalente del signo que se proyecta desde el texto hasta la psiquis del lector. En los dos momentos es imprescindibles que exista una atmosfera de reflexión, objeto de arte y sujeto artístico (llámense escritores o lectores) aun cuando confíen sus labores u oficios a dualidades interdependientes no por ello evaden la reflexividad que supone acceder y relacionarse en ámbitos artísticos de reflexión. En todo caso, así pretendo demostrarlo en este ensayo (tómese en sentido clásico o moderno el término y supóngase inacabada la reflexión) apasionada o deseada, la obra de arte se resuelve a partir de dicotomías y ellas justifican per se todo intento de comentario.

I. APUNTES DISPERSOS SOBRE LA PASION.
Está en el escritor
no prometer más
de lo que  da,
en el lector
en concederle
a la imaginación  lo que el texto
no le ha dado.
Comunión de creaciones.
J.L.B.
BUSQUEDAS.
          El  hombre anhela constantemente y al hacerlo desea, insiste siempre y en ocasiones logra  conseguir lo deseado.
          La búsqueda humana permanente ocasiona pasiones que, así entendidas, se caracterizan por dos aspectos: uno de entrega y simultáneamente otro de no consecución de lo que se persigue. Paradojas parciales de un mundo incompleto hecho y sostenido por el lenguaje.
          Insatisfecho, el artista busca y en su intento de creación a veces surgen sentimientos intensos: pasiones. Las búsquedas colmadas  de escritor produce -en algunos casos- la plenitud, una vez alcanzado el anhelo que produjo la inquietud o insatisfacción interior, cesan las pasión para dar paso de inmediato a nuevos desajustes que provocarán otra obra, otro intento de resolución del conflicto interior que libra el escritor (en este caso) dentro de sí y el cual aspira resolverse en metáforas que sustituyan los desacomodos internos.
DESEOS.
Lo bueno, si breve,
dos veces bueno.
BALTAZAR GRACIAN

          Se desea lo inalcanzable, lo oculto, se desea lo que excita.
          Lo ordinario no es objeto de deseo sino de úsese y deséchese.
          Deseo: ánfora sin fondo.
          Desear es un verbo transitivo; el deseo, un tránsito verbal.
          Deseo moderno y de Zeus antiguo se funden en la escritura divina y profana del que escribe.
          ¿Cuando se escribe se desea ser delicioso o sedicioso?
          Deseos satisfechos: lector seducido por las rebeliones del escritor.
          Desea, de ser, dé ser.
          Desear sin amar, desertar sin luchar.
          Deseo insatisfecho: desierto semántico.
          De Aladino: Tres deseos te concedo: desear, escribir y leer.
ENTREGAS.
Siempre que entrego mi tiempo
a la escritura se transforma
en tiempo de entrega.
J.L.B.
          El escritor una vez  que desborda sus límites  con el deseo permanente e inaplazable, ve trastornada su cotidianidad  por el consumo temporal y espacial con el cual procura alcanzar la obra de arte culminada, es decir, la satisfacción que resolverá sus inquietudes de manera pasajera.
          El que escribe invierte, en entrega de oficio, todo el espacio físico y psíquico que disponga hasta el punto del  apasionamiento. Su cotidianidad es papel en blanco y mundo Si no se resuelve en su escritura, empieza a reventarse por los cuatro costados a llenarse de fisuras que en vez de alteridades produce alteraciones en el ánimo.
LA REBELION.
Vuela, sé libre
atrévete,
dijo ante el oráculo
entregándome alas de cera,
 y un sol arábigo de tinta
hizo el resto.
J.L.B.

El amor es una transgresión...
El amor es subversivo.
Octavio Paz

          Si las circunstancias que preceden al deseo son adversas, la persona recurre a enfrentamientos, librando interior o exteriormente disputas. Tales impactos provienen de las diferencias entre lo que se espera y lo que sucede, esto es, de los desniveles derivados de lo deseado y lo conseguido.
          Sucesos psíquicos que conllevan al cruce de fuerzas contrarias definen a la lucha que acontece una vez fijado el objeto de deseo.
          En algunos casos, para que un deseo genere pasión ha de ser sublime o miserable, es decir, debe situarse en los extremos. En estos casos, la pasión puede provocar rebeliones, pues situado el objeto de deseo en estos puntos radicales, divinos o satánicos, la cual se expresa en un término primario en obsesiones transgresoras que propiciarán cambios nada ordinarios.
LA INTENSIDAD.
          Brevedad e intensidad son inseparables, ambos son insostenibles. Lo breve al prolongarse deja de serlo (verdad de Perogrullo) y da paso a lo extenso. Lo intenso, por su parte, si no se disipa consume y agota o en todo caso insensibiliza.
LA PLENITUD.
          Alcanzar de manera completa un deseo, es casi imposible. Si un deseo se vuelve realidad sucede antes o después del tiempo estipulado y a veces no sucede nunca.
          Si la satisfacción del deseo se anticipa ocasiona sorpresa.
          Si se retarda o no sucede nunca, provoca satisfacción por sustitución -es este el caso de la obra de arte, el del artista que en los volúmenes de su escultura, en los colores del lienzo o en las propuestas de escrituras sustituye sus deseos por sus creaciones artística que, parcial o totalmente satisfacen al creador.
          Cuando se satisface un deseo efectiva o sustitutivamente el ánimo se transforma de tal modo que se sumerge en una calma que durará hasta que surja un deseo nuevo.
          La complejidad de la plenitud en el ser humano reside en la infinidad de objetos deseados. A un deseo colmado sucede otro. Una puerta se abre y aparece otra cerrada y distinta que espera ser abierta. Los deseos vistos así son una suerte de puertas que nos llevan a un cuarto donde lo predecible y la plenitud no están garantizados.
          Afán humano incansable el de los deseos: plenitud divina inalcanzable. Con el deseo, el adulto retorna a su niñez, a ese punto mágico donde la imaginación, lo posible y la realidad se entrecruzan en un universo lúdico de posibilidades.
PASION Y ESCRITURA.
          Una conlleva a la otra y viceversa.
          El que escribe sin pasión no es más que escriba que transcribe. El oficio de escritura a sueldo y por encargo si está consustanciado por la pasión se transforma en oficio de escribidor. El oficio de escritura como eje central de las actividades vitales hace al escritor.
          Quien escribe y convierte su actividad en oficio que todo lo alcanza se liga indefectiblemente con la pasión e íntimamente con un esfuerzo supremo por descifrar al mundo.
          El verbo toca y devela, alumbra, pero también convierte al objeto sólido en parte del mundo invisible de la palabra, dotándolo de dimensiones insospechadas.
          El reino del lenguaje hecho por el escritor apasionado hace a la obra de arte.
 PASION Y LECTURA.
          Que un lector abra un libro y conviva parcial y ajenamente con lo escrito no convierte a la acción en oficio, sin embargo, si se compenetrará al punta tal de secar su seso entre la letra, haciendo suya toda la maraña de situaciones y personajes tiene mucho de oficio y todo de pasión.
          El lector así definido, con mucho de Quijote y poco de revistero, inventa con cada lectura un mundo ficticio que se liga al real enriqueciéndolo cualitativamente.
          Detrás de la página y delante de la mirada que escruta hay un espacio signado por la pasión que une recuerdos, crea memorias y satisface -de modo pasajero- la psiquis inquieta de quien lee.
          Una dimensión de leer y descubrir, la otra de leer y profundizar, la tercera de hacerlo y ascender conforman un universo hecho de verbo que sostiene a la pasión, que ilumina y rescata a la palabra escrita.
BIBLIOGRAFIA REVISADA
Freud, Sigmund. (1948) El chiste y su relación con lo inconsciente. En: Obras   completas. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. p. 820-930. T. I
______________(1948) Un recuerdo infantil de Leonardo De Vinci. En: Obras      completas. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. p. 365-401.
______________ (1948) Psicoanálisis aplicado. “Una neurosis demoníaca en el       siglo XVII” y  “Un recuerdo infantil de Goethe en ‘Poesía y verdad” En: Obras completas. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. p. 1020-1036 T. II
______________ (1948) Psicoanálisis aplicado. “Un recuerdo infantil de Goethe     en ‘Poesía y verdad” En: Obras completas. Madrid:  Editorial Biblioteca       Nueva. p. 1036-1041. T. II
Paz, Octavio. (1993) La llama doble. Barcelona: Seix Barral.
Vargas Llosa, Mario (1997) La tía Julia y el escribidor. Barcelona: Seix Barral.

LA TESIS: SIETE PECADOS Y SIETE VIRTUDES

la tesis: Tejidos y enredos De los siete pecados  y las siete virtudes en torno a las tesis José Luis Barroeta Barazarte....